lunes, 17 de octubre de 2011

CALLE BETIS. EL RESURGIR DE LO TÍPICO


Betis, es más que una calle. Digamos que esta palabra engloba una forma de vida, que sin entrar en pintorescas y folklóricas disputas, se desarrolla en la otra orilla de Sevilla: Triana.
Si que es verdad, que históricamente, Sevilla  nunca vivió de espaldas a su rio, si no todo lo contrario, nació por él. El Guadalquivir, más allá del aspecto sereno y tranquilo que nos biene ofreciendo desde hace algunas décadas, fue Puerta de Indias y cabecera mundial de tráfico marítimo. Ya desde siglos, la peculiar vista de la ciudad desde su orilla más occidental fue uno de los recursos más utilizados para retratarla, encuadrando en una bella estampa casi teatral a la Catedral, su Giralda, la Plaza de Toros (terminada o no), la Torre del Oro, el palacio de los Montpensier, los bellos jardines que la Infanta regaló a la ciudad, la fachada del edificio militar de la Maestranza, las torres de la Plaza de España, y un sin fín de espadañas y tejas que convierten esta panorámica en una de las mejores muestras de la arquitectura histórica y del desarrollo urbano en una ciudad del Sur.




La realidad en la que vivía esta peculiar calle, no es la que le corresponde por su historia. Por dejadez, y  falta de ideas, la calle Betis fue asumiendo un papel segundario en cuanto a estética urbana se refiere. La crecida de eucaliptos y vegetación en los solares junto a la comisaría y el restaurante Abades Triana, hicieron que solo un sector de la calle viviera frente al río y el resto lo hacía de espaldas a él.  Parece que un nuevo proyecto revitalizará la zona y la dotará del importante paseo que esta calle, a modo de malecón o paseo marítimo reivindicaba desde hace mucho tiempo. Hecho en falta un diseño más acorde con la zona, con el ambiente y con la idea de ciudad que estamos ofreciendo al turismo. Lo que sí, es que verdaderamente el proyecto elegido será imnovador y peculiar en cuanto a sus formas, pero algo pobre y escaso para la zona en el que se desarrolla. Lo principal es hacer ver al viandante que se encuentra ante la mejor panorámica que podemos ofrecerle de la capital, que se encuentra en el barrio con más solera y que lo que tiene frente a sus ojos no tiene precio al ser único, ya que según la tonalidad de la luz, Sevilla ,como dice la canción, "tiene un color especial".







 Esperando que los urbanistas conserven este paculiar paseo, como de antaño se refiere, siempre con el toque que la modernidad aporta a estos desarrollos urbanísticos, pero teniendo en cuenta  las cautelas necesarias para no retroceder en los aspectos del diseño. Es importante recordar, que la modernidad no es solo cemento, hormigón y metal.... representa mucho más. La modernidad urbanística es saber como compaginar dos elementos, que aun siendo nuevos y modernos, pasen por "de toda la vida" y "embellecedor" al panorama que lo aglutina. Sin más, espero que este proyecto sea limado en alguno de sus aspectos estéticos, seré cauteloso al ver los resultados y al hablar de ellos, porque se realice lo que se realice, será difícil de digerir o por lo menos de entender.





viernes, 14 de octubre de 2011

GRABADOS DEL FONDO ANTIGUO. UNIVERSIDAD DE SEVILLA










TORERIA URBANA

Símbolo de lo más profundo de nuestro ser, la cultura taurina representa la escenificación de un arte; más por su belleza y limitada comprensión, solo el más sensible de los sentidos puede verdaderamente estar capacitado para su reflexión.
Que la cultura mediterránea y el toro conformen la más noble de las uniones, nadie lo discute. Por todo ello, el toro, su muerte y el coso están  íntimamente ligados a la arquitectura urbana sobre todo desde época del rey Fernando VII.  Las plazas, los monumentos, los edificios, mesones, rotondas y parques entre otros, son lugares donde lo taurino está de manifiesto y dotan de belleza entramados urbanos que se convierten en “tipiquismo”  autóctonos y locales.

 Sin lugar a duda, las plazas o cosos taurinos, son uno de los elementos característicos en las ciudades sobre todo españolas. Por sus formas, corresponden a la herencia latina del anfiteatro, ese edificio público de época romana que era símbolo de poder, centralidad y popularidad.


La construcción de la Plaza,  abarca el entorno urbanístico donde se desarrolla, por ese motivo corresponden a lugares singulares (en aquellas de más antiguedad) y en lugares de ampliación. Esto transforma una forma de ver el espacio, pasando de un entorno no apreciativo a un entorno característico y singular cargados en ocasiones del elemento de la estatuaria para asentar más el impacto cultural al visitante. Junto a este significado, el cultural glorifica a este tipo de edificios, por ese motivo, durante los siglos XVIII, XIX, XX y XXI se realizaron multitud de plazas por todas las villas y ciudades españolas, siendo la monarquía la más interesada en su patrocinio.

 El entorno en estas construcciones se convierte en el principal diseño, ya que será el hall de aquellos viandantes, visitantes y ciudadanos que se benefician de un edificio de este porte. Ya no solo representa la cultura arquitectónica taurina a lo viejo y anacrónico, sino que se convierte en baluarte de modernidad y vanguardia. Las nuevas construcciones están simultaneando la caultura taurina con auditorios, teatros y centros culturales, centrándose así en vilcular los toros más aun con una cultura más normalizada y de mayor concenso popular. La utilización de nuevos elementos como el metal, el vidrio, el acero,  la cerámica... constituyen nuevos enfoques a la realidad figurativa de un lugar donde convertir a la cultura taurina en el centro, nunca mejor dicho, del resto de las culturas.





Pero lo que realmente hace bello este estilo arquitectónico son una serie de elementos ligados a esta cultura tan nuestra. Las luces, las sombras, los colores y las siluetas, son realmente lo que necesita el arquitecto a modo de musa para vislumbrar el diseño perfecto, y crear un todo al más puro estilo, como diría uno de los grandes: "...del son, la sal y el sol".














viernes, 3 de junio de 2011

SEVILLA LA VERDE


Tradicionalmente, la arquitectura ha sido considerada una de las siete bellas artes. Determinados edificios u otras construcciones son obras de arte ya que pueden ser considerados primariamente en función de su forma o estructura sensible o de su estética. Desde este punto de vista, aunque los medios de la arquitectura puedan consistir en muros, columnas, forjados, techos y demás elementos constructivos, su fin es crear espacios con sentido donde los seres humanos puedan desarrollar todo tipo de actividades. Es en este "tener sentido" en que puede distinguirse la arquitectura (como arte) de la mera construcción. Así es como ésta es capaz de condicionar el comportamiento del hombre en el espacio, tanto física como emocionalmente. Aunque en la actualidad suele considerarse que la principal actividad de la arquitectura va dirigida al diseño de espacios para el refugio y la habitación , sólo a partir del siglo XIX comenzaron los arquitectos a preocuparse por el problema del alojamiento, la habitabilidad y la higuiene de las viviendas, y a ampliar su ámbito de actuación más allá de los monumentos y edificios representativos.
La evolución a la especialización y la separación de ámbitos laborales es similar a la de otras profesiones. En los siglos pasados los arquitectos no solo se ocupaban de diseñar los edificios sino también de asuntos que hoy competen a otras profesiones diversas. Diseñaban plazas, alamedas y parques, especialización que hoy se conoce como exteriorismo o paisajismo. La especialización de los arquitectos en la creación de objetos de uso en las edificaciones, como los muebles, ha dado como resultado el nacimiento de la profesión de diseño industrial.
El urbanismo hay que considerarlo como el arte de plasmar en nuestro entorno, unas categorías estéticas que nos ayuden en la planificación de nuestra urbe. Los planeamientos urbanos no tienen por que ser en muchos casos, unos caóticos mapas urbanos. A continuación muestro una serie de imágenes, que muestran planteamientos urbanos que bien podían , en asimilación, realizarse en nuestra ciudad. Las arboledas en avenidas y paseos, y el diseño de verdes jardines es el futuro para la transformación estética de una ciudad que ha sufrido el desajustes político y a incompetentes urbanistas.



Como vemos, en todos los casos, el elemento predominante en la vegetación. Pero es necesario que no sea cualquiEr tipo de vegetación, sino la plantación de grandes árboles de copas anchas que permitan dar la mayor cantidad de sombra, en una ciudad donde las altas temperaturas marcan el declive de los paseos y la vida urbana.
Personalmente pienso árboles como el Tilo, Plátano oriental o el hiparcus,  deben de ser los prioritarios en nuestras calles, avenidas y plazas.