Cualquier interesado en historia y en arqueología conocerá la figura de Jorge Bonsor, un importantísimo hispanista que trajo la nueva mentalidad arqueológica a España y englobó a Andalucía en los más importantes círculos arqueológicos del momento. No voy a hablar apenas sobre su vida y figura, ya que existen interesantísmos libros y un museo, en el castillo que él mismo adquirió, que acaparan el conocimiento de su persona.
Una de las peculiaridades de J. Bonsor fue la de caracterizarse por ser un arqueólogo del territorio, y es este uno de los aspectos fundamentales de su concepción de la investigación arqueológica: la prospección sistemática del territorio previamente considerado al conjugar unidades de espacio y tiempo. Pero, por otra parte, su fe ciega en el positivismo arqueológico, es decir, la excavación arqueológica, la recuperación sistemática y ordenada de la cultura material como fuente de datos históricos con la que superar el agotado modelo filológico. Su rigurosidad fue admirable y a él debemos la exhumación de los primeros vestigios materiales que caracterizan a las civilizaciones que se asentaron en Andalucia, sobre todo la orientalizante, y los primeros intentos de clasificación e interpretación fundamentados en la aplicación de criterios estratigráficos y en la valoración de la cerámica como elemento de datación secuencial.
Si bien Bonsor ya había mostrado cierto interés por los tiempos protohistóricos y había procedido a la excavación de algunas estructuras funerarias existentes en la necrópolis neopúnica y romana de Carmona su interés por investigar esta época se debió también al contacto que mantenía con los arqueólogos franceses Arthur Engel (1855-1920) y Pierre Paris (1859-1931), cuya presencia en España, en relación a la investigación de la cultura ibérica, era regular desde 1886 y 1895 respectivamente. En cualquier caso, Jorge Bonsor llevó a cabo la primera exploración de Los Alcores en solitario.
La nueva puesta en valor del Castillo de Luna, donde vivió y almacenó Bonsor su colección arqueológica, representa un incentivo más para la comarca de Los Alcores. En esta restauración y recomposición del museo, se ha intentado recuperar como Bonsor tenía expuesta su colección, y se ha antendido y redecorado las diversas instancias domésticas donde se pueden admirar desde reproducciónes de los cuadros de Valdés Leal, que adquirió en Carmona y ahora están depositados en el Exc.Ayuntamiento de Sevilla, hasta objetos de su vida cotidia y sus dibujos arqueológicos.
Es curirioso el proceso de restauración y recomposición de uno de los trajes preferidos de Jorge Bonsor. Como hispanista y enamorado de nuestra cultura, coleccionó trajes antiguos de bandoleros y trabajadores de campos, como el que vemos en las fotografías superiores.
Nada mejor para la puesta en valor de su colección que esta impresionante fortaleza, a la que Bonsor intervino arquitectónicamente, modificándola y reconstruyéndola de una forma muy poco historicista para los tiemposa ctuales, pero nada extraño conociendo la personalidad de Bonsor y su marcado caracter hispanista al querer recrear en ella lo típico andalúz.