domingo, 15 de enero de 2012

BONSOR, GENIO Y FIGURA HASTA LA SEPULTURA


Cualquier interesado en  historia y en  arqueología conocerá la figura de Jorge Bonsor, un importantísimo hispanista que trajo la nueva mentalidad arqueológica a España y englobó a Andalucía en los más importantes círculos arqueológicos del momento. No voy a hablar apenas sobre su vida y figura, ya que existen interesantísmos libros y un museo, en el castillo que él mismo adquirió, que acaparan el conocimiento de su persona.
Una de las peculiaridades de J. Bonsor fue la de caracterizarse por ser un arqueólogo del territorio, y es este uno de los aspectos fundamentales de su concepción de la investigación arqueológica: la prospección sistemática del territorio previamente considerado al conjugar unidades de espacio y tiempo. Pero, por otra parte, su fe ciega en el positivismo arqueológico, es decir, la excavación arqueológica, la recuperación sistemática y ordenada de la cultura material como fuente de datos históricos con la que superar el agotado modelo filológico. Su rigurosidad fue admirable y a él debemos la exhumación de los primeros vestigios materiales que caracterizan a las  civilizaciones que se asentaron en Andalucia, sobre todo la orientalizante, y los primeros intentos de clasificación e interpretación fundamentados en la aplicación de criterios estratigráficos y en la valoración de la cerámica como elemento de datación secuencial.



Si bien Bonsor ya había mostrado cierto interés por los tiempos protohistóricos y había procedido a la excavación de algunas estructuras funerarias existentes en la necrópolis neopúnica y romana de Carmona su interés por investigar esta época se debió también al contacto que mantenía con los arqueólogos franceses Arthur Engel (1855-1920) y Pierre Paris (1859-1931), cuya presencia en España, en relación a la investigación de la cultura ibérica, era regular desde 1886 y 1895 respectivamente. En cualquier caso, Jorge Bonsor llevó a cabo la primera exploración de Los Alcores en solitario.






La nueva puesta en valor del Castillo de Luna, donde vivió y almacenó Bonsor su colección arqueológica, representa un incentivo más para la comarca de Los Alcores. En esta restauración y recomposición del museo, se ha intentado recuperar como Bonsor tenía expuesta su colección, y se ha antendido y redecorado las diversas instancias domésticas donde se pueden admirar desde reproducciónes de los cuadros de Valdés Leal, que adquirió en Carmona y ahora están depositados en el Exc.Ayuntamiento de Sevilla, hasta objetos de su vida cotidia y sus dibujos arqueológicos.



Es curirioso el proceso de restauración y recomposición de uno de los trajes preferidos de Jorge Bonsor. Como hispanista y enamorado de nuestra cultura, coleccionó trajes antiguos de bandoleros y trabajadores de campos, como el que vemos en las fotografías superiores. 









Nada mejor para la puesta en valor de su colección que esta impresionante fortaleza, a la que Bonsor intervino arquitectónicamente, modificándola y reconstruyéndola de una forma muy poco historicista para los tiemposa ctuales, pero nada extraño conociendo la personalidad de Bonsor y su marcado caracter hispanista al querer recrear en ella lo típico andalúz.



LA OTRA CARA DE SAN LUÍS

Hace tiempo, tuve la inmersa suerte de ser invitato por Marta Díaz a ver una de las joyas de la ciudad de Sevilla. El Templo jesuita de San Luís de los Franceses se encuentra asumido en una de las mayores restauraciones arquitectónicas y artísticas de estos años. La Iglesia, con los retablos relicarios, la sacristía y la cripta, han sido escenarios de la historia de nuestra ciudad, y como un verdadero milagro sobrevivió al fuego de los republicanos radicales ante la Guerra Civil... un sin fin de leyendas e historias que siempre perdurarán entre los muros de este importantísimo y al mismo tiempo desconocido BIC.
La iglesia de San Luis de los Franceses constituyó el templo del primitivo noviciado en Sevilla de la Compañía de Jesús, que lo empleó a tal efecto hasta 1767, año en que dicha orden fue expulsada de Castilla por decisión del monarca Carlos III. La construcción del conjunto conventual se llevó a cabo entre los años 1699 y 1731, momento en que el arzobispo local consagra esta iglesia cuyas características la hacen ser probablemente el más llamativo de los numerosos templos barrocos sevillanos.








Su inmensa cúpula es una de las más perfecta edificadas en España, fruto del poder de la Compañía de Jesús y de su afán por crear templos al estilo italiano.








 Me impresionó este enorme munumento efímero, seguramente de caracter eucarístico o para la celebración del los Misterios del Jueves Santo. La cúpula divididas en dos mitades, la peana y las balaustradas se encontraban desmontadas y colocadas por varias estancias del complejo. Uno se maravilla como quedaría montado en su totalidad, y espera que no se pierda o quede  abandonado en algunos de los almacenes de la delegación de cultura.






Lo que no se ve y se olvida en una puesta en valor. Gracias a Marta Díaz.

domingo, 8 de enero de 2012

CÓRDOBA, NEXO DE ESTILOS

Cuando en 1815 concluye la restauración del mosaico del arco del mirhab de la Catedral- mezquita de Córdoba, se inicia todo un proceso de recuperación del edificio islámico que revertirá muchas de las intervenciones realizadas hasta el momento. 

El arquitecto encargado de la mayoría de estas restauraciones fue Ricardo Velázquez Bosco quien, entre 1907 y 1923 y siguiendo las teorías de Viollet le Duc, procuró mejorar el edificio devolviéndole hasta donde le fue posible su carácter islámico. Velázquez Bosco derribó buena parte de las bóvedas barrocas para volver a colocar artesonados similares a los originales, definidos a partir de un riguroso estudio de la evolución del templo. Lo acertado de su estudio, sin embargo, quitó la unidad lumínica que había logrado la Mezquita-Catedral en el siglo XVIII. En su intento por recuperar lo que él consideraba que era el suelo original, cambió el pavimento de baldosas cerámicas por otro de mármol de Macael por lo que, si bien carecía de rigor histórico, al menos dignificó el deteriorado suelo. 

Velázquez Bosco, Ricardo. Proyecto de restauración de la Capilla de Villaviciosa; en negro los elementos conservados, en rojo los elementos a añadir en la restauración.

En puertas y otros elementos, Velázquez Bosco procuró emular la decoración conservada en el resto del edificio, y si bien es totalmente inventada, contó con la pericia de artesanos cordobeses para su impecable ejecución. 

Velázquez Bosco, Ricardo. Proyecto de restauración de una de las puertas del muro de Almanzor; en negro los elementos conservados, en rojo los elementos a añadir en la restauración.

Con sus intervenciones, el arquitecto logró recuperar buena parte de la idea formal de la primitiva construcción islámica. Pretendió que parte restaurada no se distinguiese del original, mediante el empleo de idénticos materiales y técnicas y de unos artesanos hábiles y competentes que los ejecutaran. A pesar de la tremenda calidad formal de su intervención, esta se verá siempre limitada por esa “imagen ideal” romántica que imprimió al edificio y que seguía al pie de la letra las teorías de la restauración en estilo de Viollet le Duc. Sin embargo, Velázquez Bosco debe entender somo la última y quizá definitiva intervención sobre este bosque de columnas islámico con su descollante catedral cristiana que ya ha cumplido los 1200 años. 

En la década de 1970 se realizó una última intervención en el edificio destinada a consolidar la estructura y que terminó de “desbarroquizar” el conjunto. Se añadieron nuevas cubiertas, algunas sin ningún tipo de sensibilidad empleando acero y hormigón e incluso en 1972 se planteó la restitución del edificio a su estado previo a las intervenciones cristianas, hecho rápidamente desestimado gracias a la intervención en el debate de arquitectos como Luis Moya, quien criticó la propuesta por ser una restauración en estilo y sentó las bases para la puesta en valor de las cualidades espaciales de la Mezquita-Catedral dando un sentido integral tanto a su evolución espacial omeya como a las alteraciones cristianas que le dieron continuidad de uso.

Interesante artículo extraido de:
 
Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 21 de Enero de 2011.
otraarquitecturaesposible.blogspot.com