Cuando en 1815 concluye la restauración del mosaico del arco del mirhab de la Catedral- mezquita de Córdoba, se inicia todo un proceso de recuperación del edificio islámico que revertirá muchas de las intervenciones realizadas hasta el momento.
El arquitecto encargado de la mayoría de estas restauraciones fue Ricardo Velázquez Bosco quien, entre 1907 y 1923 y siguiendo las teorías de Viollet le Duc, procuró mejorar el edificio devolviéndole hasta donde le fue posible su carácter islámico. Velázquez Bosco derribó buena parte de las bóvedas barrocas para volver a colocar artesonados similares a los originales, definidos a partir de un riguroso estudio de la evolución del templo. Lo acertado de su estudio, sin embargo, quitó la unidad lumínica que había logrado la Mezquita-Catedral en el siglo XVIII. En su intento por recuperar lo que él consideraba que era el suelo original, cambió el pavimento de baldosas cerámicas por otro de mármol de Macael por lo que, si bien carecía de rigor histórico, al menos dignificó el deteriorado suelo.
Velázquez Bosco, Ricardo. Proyecto de restauración de la Capilla de Villaviciosa; en negro los elementos conservados, en rojo los elementos a añadir en la restauración.
En puertas y otros elementos, Velázquez Bosco procuró emular la decoración conservada en el resto del edificio, y si bien es totalmente inventada, contó con la pericia de artesanos cordobeses para su impecable ejecución.
Velázquez Bosco, Ricardo. Proyecto de restauración de una de las puertas del muro de Almanzor; en negro los elementos conservados, en rojo los elementos a añadir en la restauración.
En la década de 1970 se realizó una última intervención en el edificio destinada a consolidar la estructura y que terminó de “desbarroquizar” el conjunto. Se añadieron nuevas cubiertas, algunas sin ningún tipo de sensibilidad empleando acero y hormigón e incluso en 1972 se planteó la restitución del edificio a su estado previo a las intervenciones cristianas, hecho rápidamente desestimado gracias a la intervención en el debate de arquitectos como Luis Moya, quien criticó la propuesta por ser una restauración en estilo y sentó las bases para la puesta en valor de las cualidades espaciales de la Mezquita-Catedral dando un sentido integral tanto a su evolución espacial omeya como a las alteraciones cristianas que le dieron continuidad de uso.
Con sus intervenciones, el arquitecto logró recuperar buena parte de la idea formal de la primitiva construcción islámica. Pretendió que parte restaurada no se distinguiese del original, mediante el empleo de idénticos materiales y técnicas y de unos artesanos hábiles y competentes que los ejecutaran. A pesar de la tremenda calidad formal de su intervención, esta se verá siempre limitada por esa “imagen ideal” romántica que imprimió al edificio y que seguía al pie de la letra las teorías de la restauración en estilo de Viollet le Duc. Sin embargo, Velázquez Bosco debe entender somo la última y quizá definitiva intervención sobre este bosque de columnas islámico con su descollante catedral cristiana que ya ha cumplido los 1200 años.
Interesante artículo extraido de:
Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 21 de Enero de 2011.
otraarquitecturaesposible.blogspot.com
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