domingo, 15 de enero de 2012

LA OTRA CARA DE SAN LUÍS

Hace tiempo, tuve la inmersa suerte de ser invitato por Marta Díaz a ver una de las joyas de la ciudad de Sevilla. El Templo jesuita de San Luís de los Franceses se encuentra asumido en una de las mayores restauraciones arquitectónicas y artísticas de estos años. La Iglesia, con los retablos relicarios, la sacristía y la cripta, han sido escenarios de la historia de nuestra ciudad, y como un verdadero milagro sobrevivió al fuego de los republicanos radicales ante la Guerra Civil... un sin fin de leyendas e historias que siempre perdurarán entre los muros de este importantísimo y al mismo tiempo desconocido BIC.
La iglesia de San Luis de los Franceses constituyó el templo del primitivo noviciado en Sevilla de la Compañía de Jesús, que lo empleó a tal efecto hasta 1767, año en que dicha orden fue expulsada de Castilla por decisión del monarca Carlos III. La construcción del conjunto conventual se llevó a cabo entre los años 1699 y 1731, momento en que el arzobispo local consagra esta iglesia cuyas características la hacen ser probablemente el más llamativo de los numerosos templos barrocos sevillanos.








Su inmensa cúpula es una de las más perfecta edificadas en España, fruto del poder de la Compañía de Jesús y de su afán por crear templos al estilo italiano.








 Me impresionó este enorme munumento efímero, seguramente de caracter eucarístico o para la celebración del los Misterios del Jueves Santo. La cúpula divididas en dos mitades, la peana y las balaustradas se encontraban desmontadas y colocadas por varias estancias del complejo. Uno se maravilla como quedaría montado en su totalidad, y espera que no se pierda o quede  abandonado en algunos de los almacenes de la delegación de cultura.






Lo que no se ve y se olvida en una puesta en valor. Gracias a Marta Díaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.