jueves, 28 de abril de 2011

¿Alguien sabe dónde está la armonía?

 ¿Alguien sabe donde se encuentra?.
 Esta es la pregunta que se me viene a la cabeza cuando de un sitio a otro voy ojeando lo que me rodea. La ciudad nos envuelve con sus negativas virtudes y nos hace reaccionar con cierta pasividad ante lo que sucede en ella. El hombre tiende a transformar su entorno según las necesidades y este termina, de forma recíproca, transformando al propio hombre.

¿Debemos de ser meros objetos peatonales o ser parte del estilo urbano?
Todo lo que nos rodea, nos aporta, según su grado de positividad, el equilibrio suficiente para continuar nuestra acción. La ciudad desde el punto de vista simplista, podemos concebirla como algo físico, pero si vamos más allá llegaremos a verla como un contexto de creatividad y estilos que hacen  sentir al hombre  una cierta búsqueda de la perfección y de la providencia. Las personas no somos simples peatones que deambulamos de un eje X a un eje Y, si no que somos parte de la esencia y la vida de esta. Por esto, a lo largo de la humanidad las sociedades han intentado llegar a la perfección artística utilizando como lienzo la ciudad y su contexto urbano.  El hombre ha ido apreciando lo importante que es para su mente vivir en una ciudad ordenada, vanguardista y con estilo, pero todo esto iré hablando más adelante.

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